miércoles, 3 de diciembre de 2008

Debajo de la tierra: Subterráneos

Teniendo encima la Torre Eiffel, o la Sagrada Familia, o el Obelisco, parece absurdo pensar en que estar debajo de la tierra puede ser considerado turismo. Pero lo cierto es que se pasa bastante tiempo en los medios de transporte del lugar visitado, y es innegable que uno se queda asombrado ante el medio de transporte "extraño" (no propio).
El 1º de diciembre de 2008 se cumplieron 95 años del primer subterráneo de Buenos Aires (y de Argentina), perteneciente a la Línea "A". Fue el primero de Latinoamérica y el 13º del mundo, ya que hasta ese momento tenían este medio: París, Londres, Glasgow, Estambul, Budapest, Atenas, Viena, Berlín, New York, Filadelfia, Boston, y Hamburgo. Las líneas porteñas (de la "A" hasta la flamante "H") si bien con algunas falencias de higiene y de irregularidad de horarios, son el medio de transporte más rápido para transitar por Buenos Aires. El "Subte" (como se lo llama en Argentina) ofrece un "mestizaje" tecnológico y arquitectónico, ya que cuenta con modernas estaciones como algunas de la línea "D", con otras antiguas como lo son las de las líneas "A" y "C".


Vagón de la Línea "A"

El "Metro" (como lo llaman en Europa al subterráneo) en París sorprende por su arquitectura, ya que no es de "última generación", sino que es anticuado y no muy arreglado (igual tiene su encanto), algunas de sus estaciones son parecidas a las de la línea "C" de Buenos Aires. Además, lo curioso es que estos trenes hacen trampa y algunas estaciones están por arriba de la tierra. El pasaje cuesta alrededor del 1.50 Euros.


Estación de París

El Metro de Barcelona sí luce más moderno, con toda una identidad de toda la red, diferenciádose las mismas por colores (aunque a veces es confuso porque hay combinaciones en las que todas las estaciones tienen el mismo nombre... no intenten encontrarse con alguien que no conoce mucho el lugar en dichas zonas). Tienen carteles indicatorios que indican cuánto falta para que llegue el próximo tren (y no muchas veces hace trampa cuando el tren se retrasa, pero la hace, adelantando mágicamente el tiempo de espera). El pasaje cuesta alrededor de 1,30 Euros.


Estación en Barcelona

De lo dicho hasta aquí, se infiere que todos los subterráneos del mundo tienen sus mañas, hay que aprender a disfrutarlas.

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