A pesar de una impresión negativa que el autor de la nota da sobre los adolescentes de hoy, se hace una pregunta inteligente y valiosa sobre los imaginarios según las edades de la idea de viajar. No es lo mismo tardar 30 días en llegar a un país que 12 horas. La distancia expresada en kilómetros es la misma pero la distancia imaginaria extremadamente diferente. Ir hacia lo desconocido es totalmente diferente a tener la opción (se puede utilizar o no, pero la opción está) que de manera muy sencilla tener datos e imágenes precisas de lugar a visitar por medio de internet.
Y claro, a todo esto se agrega las claras diferencias generacionales, contextuales, sociales, económicas, tecnológicas entre edades.
Viajar no es lo mismo para una persona que para otra, pero es interesante recordar lo que era hace no tantos años y cómo influye esto en nuestro entender del turismo.
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