Realizando la usual recorrida por los suplementos de turismo de los diarios (los sábados con Perfil, y los domingos con Página/12, La Nación y Clarín) me sorprendió una nota "colorida" del suplemento del diario Perfil. En la sección "Telescopio" se analiza de forma muy "colorida" (¿ya lo dije?) cómo es viajar con hijos pequeños. El objetivo de la nota es intentar mostrar lo bien que le hace a los niños emprender un viaje junto a sus padres, a pesar de que el 70% de la nota son quejas risueñas sobre lo engorroso y molesto que esto resulta.
No obstante, el objeto de este post es rescatar una frase que me resutó muy significativa al momento de seguir pensando sobre el turismo: "(los niños) comprenderán que caminar el mundo es armar un rompecabezas al que siempre le faltará algo". Son muchas las personas que "viven" viajando, sin establecerse en ningún punto del planeta, o que, al menos, planean hacerlo. Y esta metáfora del rompecabezas, ayuda (claro que en forma superficial, pero ayuda) a tratar de entender este comportamiento, ligado quizás a uno de sus abordajes posibles, el psicoanálisis, y esa búsqueda de realizar lo imposible, cerrar el deseo, buscar esa pieza del rompecabezas, que si la encontráramos (si fuese posible, pero no lo es), el mundo desaparecería.
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